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Cuatro lecciones de Ciudad Inteligente adoptadas en Pandemia.

  • Foto del escritor: Rodrigo Arenas
    Rodrigo Arenas
  • 30 jul 2023
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 11 feb 2024

En términos generales, las “Ciudades Inteligentes” son aquellas que logran una armonía económica, social y medioambiental de su territorio, a partir de una gestión política urbana basada en: datos, TICs y ciudadanía como centro de su desarrollo territorial, social y económico.

Smart Cities Colombia
Ciudades Inteligentes Colombia

A raíz de las medidas de aislamiento obligatorio adoptadas por el Gobierno Nacional y las distintas Entidades Territoriales, para frenar la pandemia de COVID-19 desde marzo de 2020 (Presidencia de la República, 2020) vimos como sin proponerlo se logró, aunque temporalmente, una leve transición hacia un modelo “Inteligente”, en las principales ciudades de Colombia.


Estas son las cuatro lecciones de ciudad inteligente:


1. DECISIONES GUBERNAMENTALES BASADAS EN LOS DATOS

Las decisiones políticas y acciones adoptadas por los Alcaldes, Gobernadores y en general, por los tomadores de decisiones, estuvieron enmarcadas en su mayoría por los datos y la evidencia científica. Vimos, por ejemplo, como las medidas asociadas a restricciones de movilidad, reapertura de sectores económicos, horarios de operación, medidas de aislamiento, entre otros, estuvieron basadas en datos, cifras e información. Si bien, fueron principalmente decisiones enfocadas en detener los efectos de propagación de la pandemia, constituyó un primer gran paso para que ciudadanía y sobre todo autoridades, entendieran el poder de los datos como elemento central en la toma de decisiones.


En esa línea, la Alcaldía de Medellín lanzó la plataforma “Medellín me cuida”, con la que buscó tomar decisiones, inicialmente durante los periodos de cuarentena y aislamiento inteligente, enfocadas en temas de vivienda, salud y alimentación. Sobre esta plataforma, el Alcalde de Medellín Daniel Quintero explicó que “Estamos tomando decisiones para enfrentar el coronavirus; hoy tener información de cada familia, saber dónde está ubicada, cuántas personas viven, sus edades y su estado de salud es fundamental para ganar esta batalla”.


Esta plataforma, originalmente diseñada para realizar un censo de personas afectadas por las medidas de restricción, y así poder determinar la asignación de subsidios, ayudas y créditos, también sirvió para el retorno gradual de empresas, apertura de comercio y en general para brindarle a la Alcaldía un mapa categorizado de las zonas de la ciudad más afectadas económicamente, las que mayor movimiento comercial presentarían, entre otra información relevante para la toma de decisiones.


Por su parte, el Gobierno Nacional de Colombia, presentó la aplicación CoronApp, con la que se pretendió construir colaborativamente un mapa que mostrara con detalles el comportamiento de la pandemia a lo largo del territorio y así pudieran ser mitigados sus efectos de manera más efectiva. Con la recopilación de estos datos se buscó: Facilitar la atención a la población más afectada, establecer patrones de virus en las zonas priorizadas, construir estimaciones geolocalizadas de posibles efectos de propagación y caracterizar a la población más vulnerable (Ministerio de Tecnologias de la Información y las Comunicaciones de Colombia, 2020).


Asimismo, la aplicación CoronApp, en equipo con el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud, compartía diariamente el “#ReporteCovid19a través de redes sociales, televisión nacional y radio, el número de personas recuperadas, nuevos contagios, fallecimientos y casos activos, lo cual le permitía a la ciudadanía tener un conocimiento en tiempo real y a nivel departamental de la afectación y evolución de la pandemia en el país.


En 2021, una vez se aprobó el Plan Nacional de Vacunación, se lanzó la plataforma “Mi vacuna”, con la cual cada ciudadano podía consultar su fecha y lugar de vacunación a partir de su número de cédula. Igualmente, la plataforma permitía contabilizar en tiempo real el número de vacunados, emitiéndose un reporte diario por parte del Ministerio de Salud similar al de contagios mencionado anteriormente.


2. TECNOLOGÍA SE CONVIRTIÓ EN UN ALIADO

El principal objetivo del uso de tecnología en las ciudades, es hacer más fácil la vida del ciudadano y convertirse en un componente que articule distintas soluciones de ciudad a problemas determinados de movilidad, calidad del aire, seguridad, entre otros.

Durante los meses del Covid-19, se reafirmó el rol de la tecnología en el día a día de los ciudadanos, y notamos por ejemplo como tabletas, celulares y computadores, se convirtieron en un bien de primera necesidad para trabajadores y estudiantes en el cumplimiento de sus jornadas laborales y educativas respectivamente.


Esto se pudo evidenciar con el significativo aumento que tuvo el comercio electrónico en el país, pasando de 6% a 30% entre marzo 2019 frente a marzo de 2020. “Categorías como consolas de video y computadores fueron las que más se fortalecieron y se atribuye a la necesidad de responder con el trabajo desde casa, el homeschooling y a diversificar el entretenimiento. Su incremento en valores fueron del 211% y el 38% respectivamente” (Periódico El Tiempo , 2020).


Asimismo, tanto Gobierno Nacional, Entidades Territoriales y empresa privada, entendieron que la mejor herramienta para frenar contagios y mantener en aislamiento a la ciudadanía, era a través de estrategias tecnológicas, plataformas de movilidad colaborativa, plataformas de consumo, oferta de servicios, aplicaciones informativas, entre otras. Muestra de ello, el Gobierno Nacional mantuvo habilitada la oferta de restaurantes y en general de comercio, únicamente a través de domicilios y comercio electrónico, motivando a miles de establecimientos a dar el salto de la digitalización y oferta de sus productos de manera virtual.


Desde que inició la cuarentena en marzo de 2020, plataformas como Rappi tuvieron un crecimiento tan alto y apresurado de usuarios, que durante el día de la madre, celebrado en Colombia en mayo de 2020, colapsaron los servidores del sistema por un exceso de pedidos e interacción de usuarios, al punto que la opción de pedido a “restaurantes” tuvo que ser suprimida temporalmente, mientras se recuperaban (Revista Semana, 2020).


Ha sido también un periodo para la innovación y para que iniciativas de emprendimiento acerquen la tecnología a comunidades tradicionalmente alejadas del componente tecnológico, como el campesinado colombiano y los sectores rurales del país. Es el caso de la aplicación Fruvii, que les permitió a cerca de 200 pequeños productores agrícolas de Antioquia, Cundinamarca y Boyacá, ofrecer, comerciar y enviar sus productos a las principales ciudades del país, sin necesidad de intermediarios o grandes cadenas de mercado.


Desde el ámbito gubernamental, vimos por ejemplo a la Gobernación de Antioquia, quien presentó en 2020 en asocio con Google y su herramienta Cloud Plataform, una tecnología que permitía “monitorear en tiempo real el ID de los celulares de las personas que han sido declarados como casos positivos y así se puede saber qué otras personas estuvieron cerca a los ya contagiados y de esta manera poderles prevenir sobre la posibilidad de haberse contagiado, para tomar las medidas requeridas” (Periódico El Tiempo , 2020).


3. AISLAMIENTO PREVENTIVO COMO HÁBITO

Como consecuencia a las medidas relacionadas con el aislamiento obligatorio, se derivaron soluciones espontaneas de seguridad, movilidad y ambientales, que desde años atrás la ciudadanía clamaba a sus gobernantes como acciones efectivas.

Medidas como el teletrabajo, la educación virtual y a distancia, la transformación digital de procesos y trámites públicos y privados, modelo de ciudad 24 horas, cambio de horarios en entrada a entidades públicas y empresas, incentivos en el uso de la bicicleta, servicio de taxis únicamente a través de plataformas, entre otros, demostraron que, a pesar de servir al propósito de contrarrestar contagio de virus, también son una solución a la congestión vehicular, la contaminación ambiental, auditiva, y en general a la ansiedad y el estrés causado por la dinámica urbana tradicional.


“Según el Cuarto Estudio de Penetración del teletrabajo en Empresas Colombianas realizado por el Ministerio de las TIC, la disminución del desplazamiento hacia el lugar de trabajo disminuye el tráfico vehicular y por ende la huella de carbono que provocamos con este. Además la calidad de vida mejora, al año una persona se gasta un promedio de 5.400.000 pesos en transporte, de acuerdo al mismo estudio, dinero que puede ser destinado a otras necesidades” (El Colombiano, 2021).


Plataformas como Teams, Zoom, Meets, se convirtieron en los grandes aliados de las empresas, colegios y universidades, posibilitando que la rápida e inesperada transición a la que se vieron obligadas, se pudiese hacer de una forma más fácil y práctica. Según un estudio de la Federación Colombiana de Gestión Humana, durante el primer semestre de 2020, el 98% de las empresas se vio en la necesidad de trabajar a distancia y un 76% pensaba seguir en esta modalidad incluso después de superar la pandemia (El Colombiano, 2021).


Si lográramos convertir estas iniciativas en medidas permanentes tanto para el sector público, como privado, dejaríamos en el pasado las horas pico de las ciudades, los días enteros perdidos al año en tráfico vehicular (en promedio 272 horas en trancón al año en Bogotá), los altos porcentajes de enfermedades asociadas a la calidad del aire, las largas filas para trámites innecesarios, entre otros cientos de procesos que mejorarían su eficiencia gracias a la digitalización y la virtualidad.


4. CAMBIOS DE PARADIGMA FRENTE A CRISIS

Sin lugar a dudas los efectos de la pandemia van a trascender del plano sanitario y van a impactar la conducta de los ciudadanos. Será un reto tanto para empresas privadas como para el sector público, anticiparse a los cambios de comportamiento, reinventarse y adaptarse en el corto plazo.

Contrario a lo que se ha generalizado, nuestros líderes y gobernantes deben visualizar la crisis generada por el Covid-19 como una oportunidad de transformación y evolución de sus procesos de gestión, instituciones y sobre todo para replantear inversiones y decisiones frente al manejo ambiental, los servicios de movilidad pública, la seguridad ciudadana, los modelos de prevención sanitaria, el espacio público, entre otros.


Si bien, nos encontramos en un escenario favorable hacia la transición de modelos de gestión de ciudad inteligente, es necesario que las autoridades no limiten sus acciones a medidas tecnológicas centralizadas y desconectadas de la ciudad habitada, pues estarían siendo contrarias al concepto de “inteligencia”. Los datos recolectados a partir de nuevas aplicaciones y sensores, así como las medidas adoptadas de digitalización y virtualidad, son una gran ventana hacia la planificación de una ciudad realmente incluyente, sostenible y democrática.

En ese sentido y con miras a tener más y mejores datos, se vuelve necesario que territorios mejoren infraestructura tecnológica y de recolección de datos, como sensores, cámaras, Apps, que con el tiempo se conviertan en aliados frente a la toma de decisiones asociadas a la solución de problemas de movilidad, medioambiente, seguridad, entre otros.


 
 
 

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